jueves, 4 de junio de 2020

1. Presentación [1/11/19]

1. Introducción 

Vayan por delante mis felicitaciones a todos vosotros por estar aquí, en este lugar y este preciso momento, con un propósito muy concreto, el deseo de recibir el Sacramento de la Confirmación, que rompe con la dinámica del mundo y que vislumbra un camino de esperanza para vuestras vidas y para aquéllos que están cerca de vosotros mediante dos objetivos: ROMPER con la dinámica de este mundo por cuanto son metas muy distintas las que se persiguen al dejarse llevar por esa corriente mundana; y VISLUMBRAR otro camino, dentro de la sociedad, pero con otras metas fundamentadas en la vida cristiana.


2. Presentación

Es todo un curso el que vamos a estar reuniéndonos en torno a la Palabra de Dios y, por ello, es conveniente que nos conozcamos poco a poco. Así pues comenzamos con las presentaciones:
  • Presentación del catequista
  • Presentación de los catecúmenos
  • Cuál es vuestra relación actual con Dios, y por qué deseáis recibir el Sacramento de la Confirmación.
  • Qué esperáis de vuestra vida como cristianos confirmados

3. Estructura de la catequesis

Los aspectos más significativos de este proceso formativo son los siguientes:
  • Objetivo: Realizar la preparación para recibir dignamente el Sacramento de la Eucaristía.
  • Sesiones: El curso se desarrollará a lo largo de 20/22 sesiones de trabajo de, aproximadamente, 60 minutos cada una. El contenido de cada una, por lo tanto, va a requerir de parte de todos PUNTUALIDAD y una gran CONCENTRACIÓN para poder desarrollarlo en su totalidad, pues tendremos que trabajar un tema íntegro en cada sesión.
  • Contenidos: La estructura del curso está organizada en cuatro grandes bloques temáticos, distribuidos a lo largo de las 21 sesiones, a saber:
    • Lo que creemos (7 sesiones)
    • Cómo celebramos nuestra fe (4 sesiones)
    • Vivir como Jesús (5 sesiones)
    • Cómo debemos orar (3 sesiones)
    • Introducción y Resumen (2 sesiones)
  • Horario (grupos de José Antonio): La catequesis se impartirá los lunes (CEU-Sevilla) de 13:25 a 14:25 con frecuencia semanal.
  • Actividades conjuntas: Por determinar (suelen ser dos o tres «miniconvivencias-retiros» en el mismo CEU)
  • Material consultivo:
    • YOUCAT. Síntesis del CIC (Catecismo de la Iglesia Católica)
    • SANTA BIBLIA. La Biblia oficial en España es la de la CEE (Conferencia Episcopal Española) y podéis acceder a ella en el siguiente enlace, por lo que no es imprescindible que la compréis, pero sí que la tengáis a mano en vuestros dispositivos (móvil, ordenador...)
    • CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. Al que haremos alguna referencia y no es necesario que compréis pero, al igual que la Biblia, es conveniente que la tengáis «a mano» mediante el siguiente enlace, de la página oficial del Vaticano. Aparece el índice y sobre cada uno de los epígrafes se hace clic para acceder al contenido correspondiente.
    • COMPENDIO DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. Es un documento muy útil pues resume de manera muy práctica el contenido del CIC. No hace falta que lo adquiráis, pues podéis consultarlo online mediante el siguiente enlace, de la página oficial del Vaticano
    • Este mismo blog donde nos encontramos, con todos los temas desarrollados y unos cuestionarios al final de la página para contestar y enviar.


4. Significado de «catequesis»

La palabra «catequesis» tiene una doble procedencia etimológica:
Katéchesis (griego) = Catechesis (latín) = Catequesis (castellano)=
ACCIÓN DE INSTRUIR MEDIANTE VIVA VOZ
En el ámbito cristiano es toda instrucción vinculada a la doctrina cristiana (católica), cuyo objetivo es trasmitir la fe a los nuevos miembros de la comunidad. Formación que pone al catecúmeno en disposición de un encuentro personal con Jesucristo. Por lo tanto, este proceso requiere, no sólo de la ayuda o acompañamiento del catequista y demás miembros de la pastoral, sino y muy especialmente la participación activa de cada uno de vosotros, porque en definitiva es un proceso de conversión personal e íntimo.


5. Qué no es catequesis

La catequesis:
  • NO es una asignatura, pues se trata de un contenido que desborda cualquier asignatura, al tratarse de un proceso de conversión mediante la transmisión de la fe.
  • NO son un conjunto de clases, en las que enseña un contenido y se evalúa el grado de asimilación de dicho contenido.
  • NO hay que estudiar, lo que no quiere decir que haya que limitarse a asistir únicamente a cada sesión, pues habrá «tareas» de índole personal que requerirán una dedicación fuera de las reuniones presenciales y, especialmente, un cambio de actitud en lo referente a volver la mirada hacia dentro.
  • NO hay que hacer ni aprobar exámenes, pues sólo Dios es quien sabe leer en el corazón de cada uno de nosotros.
  • NO es un proceso para obtener un certificado, diploma o título –y esto es muy importante que lo consideréis–, ya que debido a la normativa diocesana en esta materia, muchas personas lamentablemente realizan esta catequesis única y exclusivamente para adquirir el documento correspondiente que les permita casarse o ser padrinos/madrinas de los sacramentos que lo demandan.


6. Qué es la confirmación

¿Recordamos los Sacramentos?, pues la confirmación es uno de ellos. Recordamos que los Sacramentos son: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Reconciliación, Orden, Unción de enfermos y Matrimonio.
La Confirmación junto con el Bautismo y la Eucaristía constituyen los Sacramentos de la Iniciación Cristiana. 
La Confirmación debemos relacionarla con el momento en que los apóstoles en presencia de la Virgen María reciben la efusión especial del Espíritu Santo en Pentecostés, y por ello:
  • Confiere en nosotros crecimiento y profundidad a la gracia bautismal.
  • Nos introduce más profundamente en la filiación divina.
  • Nos une más firmemente a Jesucristo.
  • Aumenta en nosotros los dones del Espíritu Santo.
  • Hace más perfecto nuestro vínculo con la Iglesia.


7. Requisitos para la confirmación

Los requisitos que son necesarios para poder confirmarse son los siguientes:
  • Estar bautizado. Para cumplir este requisito se requiere presentar la partida de bautismo, por ello, aunque parezca aún lejos, es conveniente ir comenzando el trámite en la parroquia que corresponda.
  • Realizar la catequesis de confirmación. Es necesario haber asistido a todas la catequesis, en caso de haber faltado por motivo de causa mayor, es imprescindible acordar con el catequista una fecha de recuperación, además de haber accedido al contenido correspondiente de este blog.
  • Estar en gracia de Dios. Para realizar la ceremonia de Confirmación es imprescindible haberse confesado con anterioridad.
  • Elegir a un padrino o madrina. La elección debe recaer sobre una persona que esté confirmada. Se recomienda no dejar este requisito para los últimos días, es más, sería conveniente que se fuese gestionando cuanto antes.


8. ¿Qué es el YOUCAT?

YOUCAT: «Youth catechism» (catecismo juvenil)
YOUCAT es la fe de la Iglesia católica explicada vívidamente, presentada innovadoramente y confirmada oficialmente.
YOUCAT es:
  • Evidente: Obtienes una respuesta clara a preguntas claras.
  • Innovador: Lo que significa ser cristiano para ti se explica de manera emocionante.
  • Seguro: Aprenderás lo que la Iglesia ha probado durante 2000 años y cree que es verdad. Las aprobaciones oficiales romanas y los prólogos del Papa Bendicto XVI avalan la corrección de los contenidos.
YOUCAT ha sido preparado bajo la guía del cardenal-arzobispo de Viena, Christoph Schönborn.
Los contenidos han sido verificados y aprobados oficialmente por la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma.
  • Aprobado por la Conferencia Episcopal Austríaca (3/5/2010)
  • Aprobado por la Conferencia Episcopal Alemana (29/11/2010)
  • Aprobado por la Conferencia Episcopal Suiza (6/12/2010)
  • Versión española con las debidas licencias del Arzobispado de Madrid (28/1/2012)





miércoles, 3 de junio de 2020

2. Lo que creemos (I) [7/11/19]

1. El amor como principio generador (1-2, YOUCAT)

En la noche del 26 de septiembre de 2015 el Papa Francisco improvisó un extenso discurso en el Festival de las Familias, en Filadelfia (Estados Unidos), donde contó una anécdota que le sucedió años atrás y que lo puso en un verdadero aprieto:
«Una vez un chico me preguntó –ustedes saben que los chicos preguntan cosas difíciles–: "Padre, ¿qué hacía Dios antes de crear el mundo?"», recordó el Papa ante las sonrisas de los miles de asistentes. «Les aseguro que me costó contestar, y le dije lo que les digo ahora a ustedes: "antes de crear el mundo Dios amaba, porque Dios es Amor. Pero era tal el amor que tenía en sí mismo, ese amor entre el Padre y el Hijo en el Espíritu Santo, era tan grande, tan desbordante que –esto no sé si es muy teológico pero lo van a entender–, era tan grande que no podía ser egoísta, tenía que salir de sí mismo para tener a quién amar fuera de sí, y ahí Dios creó al mundo. Ahí Dios hizo esta maravilla en la que vivimos y que, como estamos un poquito mareados, la estamos destruyendo”».
Efectivamente, Dios creó al hombre –varón y mujer– por amor, un amor desinteresado, un amor libre; y esto lo entenderemos mejor cuando, por ejemplo, ante una alegría inesperada, no perdemos un instante en ir a compartirlo con nuestros seres queridos, con las personas a quien amamos. Pues de esa manera, Dios quiso compartir con nosotros su alegría infinita.


2. ¿Por qué buscamos a Dios? (3, YOUCAT)

«Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descansa en ti» (Confesiones i,1,1).
¿Qué implicaciones tiene esta sentencia de San Agustín? El santo obispo de Hipona y Padre de la Iglesia nos invita a dilucidar que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios y por esa misma razón tenemos un deseo y una inquietud interior de buscar a nuestro Hacedor, a nuestro Creador, lo que nos convierte –además de seres racionales– en «seres religiosos», en busca de nuestro origen trascendente..., en busca de Dios.
Sin embargo, en la sociedad secularizada y relativista en la que vivimos, nos encontramos con grandes impedimentos que sutilmente nos alejan de esta búsqueda como las costumbres, modas, fama, dinero, poder, sexo, drogas o ideologías de la gente sin fe, sin moral y sin Dios, organizando la vida como si Él no existiera, dando importancia solamente a los apetitos de nuestro cuerpo. Este panorama –aparentemente atractivo y tentador–, tarde o temprano muestra su traicionera cara oculta, una cara muy desagradable, que lleva a la insatisfacción, a la vaciedad, a la angustia, en definitiva, a la soledad existencial.


3. El hombre busca: Dios existe (4-6, YOUCAT)

Decía esa extraordinaria mujer filósofa, conversa judía y santa carmelita –Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz)–: «Quien busca la verdad busca a Dios, sea o no consciente de ello».
Si atendemos a las palabras de nuestro Señor Jesucristo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6), entenderemos el pensamiento de Santa Teresa Benedicta por cuanto que, contestando a la petición de Felipe «Señor, muéstranos al Padre y eso basta» (Jn 14,8), Jesús responde al apóstol: «Quien me ha visto a mi ha visto al Padre» (Jn 14,9). Pero Dios no es sólo Verdad, sino también –y como hemos visto anteriormente– Amor, y también Belleza, Bien, Vida... Todo ser humano tiende de manera natural hacia estas Realidades mediante la conciencia que nos impulsa a hacer el bien y nos alerta del mal, a disfrutar de la belleza de la creación, de la vida, de las personas...
No obstante, a pesar de todas las gracias con que Dios nos agasaja, en la que incluimos la razón, nos dan una visión limitada, un conocimiento imperfecto para encontrar a ese Dios «invisible». Esto quiere decir que, por más que nos esforcemos en querer conocer más a Dios y llegar a una mayor conciencia de su naturaleza divina con nuestras facultades humanas, nunca lo conseguiremos sin la ayuda del propio Dios.


4. Dios nos sale al encuentro: Historia de la Revelación Divina (4-6, YOUCAT)

Ante la impotencia del ser humano para conocer a Dios, Dios mismo se revela a Sí Mismo por amor a sus criaturas dando lugar a lo que se ha dado en denominar la Historia de la Revelación Divina. Iniciada ya con la creación de nuestros primeros padres y su experiencia de la intimidad divina, y seguida del pacto con Noé, la alianza de Dios con el hombre se revela de modo explícito con Abraham y después, de manera particular, con Moisés, al cual Dios entrega las Tablas de la Alianza.
Pero, además, los profetas, cuya función era recordar la alianza y sus exigencias morales, hablan especialmente de Él, del Mesías prometido. Ellos anunciaban la proximidad de una nueva alianza, espiritual y eterna, escrita en los corazones.
Será con la encarnación del Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, en la plenitud de los tiempos, como quedará completada la Revelación Divina mediante el anuncio de Reino de Dios: «Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio» (Mc 1,15)


5. El hombre responde: Responder a Dios es creer en Él (142-149 CDC)

En muchas ocasiones pensamos que Dios nos ha olvidado, o que no responde a nuestras oraciones, o cosas parecidas, sin embargo, el problema no está en Dios, sino en nosotros, porque Dios no deja de insistir en encontrarnos, Él siempre está pendiente de nosotros, hablándonos al corazón.
Por ello, si nuestro corazón está cerrado a Dios, es imposible que podamos sentir su presencia. Es cierto que en determinados momentos de nuestras vidas como experiencias conmovedoras, inconcebibles «casualidades», situaciones de dolor o de alegría..., experimentamos Su presencia de manera fugaz porque esos acontecimientos hacen abrir nuestros corazones, son como mensajes escondidos de Dios para cada uno de nosotros. Pero esas situaciones eventuales, hemos de convertirlas en permanentes, cada vez con mayor frecuencia y eso no es posible sin la fe.


6. Pero ¿qué es la fe? (21-24 YOUCAT) 

La fe es SABER y CONFIAR. Tiene siete rasgos característicos:
La fe es un puro don de Dios, que recibimos, si lo pedimos ardientemente.
La fe es la fuerza sobrenatural que nos es necesaria para obtener la salvación.
La fe exige la voluntad libre y el entendimiento lúcido del hombre cuando acepta la invitación divina.
La fe es absolutamente cierta, porque tiene la garantía de Jesús.
La fe es incompleta mientras no sea efectiva en el amor. «...si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada.» (1Cor 13,2)
La fe aumenta si escuchamos con más atención la voz de Dios y mediante la oración estamos en un intercambio vivo con él.
La fe nos permite ya ahora, gustar por adelantado la alegría del cielo.


7. ¿Dónde se encuentra la verdadera fe?

La fe la encontramos en tres pilares que sostienen el edificio de la Doctrina Católica:

Sagrada Escritura

La Santa Biblia es una colección de escritos sagrados surgida en un periodo de más de mil años, y que es el documento originario de nuestra fe. La Biblia contiene dos partes: Antiguo y Nuevo Testamento. 
El AT está compuesto por 21 Libros Históricos, 7 Libros Sapienciales y 18 Libros Proféticos.
El NT consta de 4 Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, 20 Epístolas y el Libro del Apocalipsis. Todos estos textos junto a la Tradición de la Iglesia constituyen el «Depositum Fidei» (Depósito de la Fe).

Tradición

La tradición de la Iglesia o Tradición Apostólica son las enseñanzas de Dios que han sido transmitidas en forma oral o por escrito desde el tiempo de Jesucristo y sus Apóstoles hasta la actualidad por los Sumos Pontífices y los Santos de la Iglesia pero que no están en la Santa Biblia. «Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni el mundo entero podría contener los libros que habría que escribir» (Jn 21,25)

Magisterio

Es el oficio de la Iglesia Católica de EXPONER la fe, INTERPRETARLA (Depositum Fidei) bajo el auxilio del Espíritu Santo, y PROTEGERLA de las falsificaciones (herejías).


8. Reflexión YOUCAT

LEE EL SIGUIENTE TEXTO Y MEDITA SOBRE ÉL PARA, POSTERIORMENTE COMPARTIR TUS REFLEXIONES.
«Es necesario y urgente que surja una nueva generación de apóstoles, arraigados en la palabra de Cristo, capacitados para dar una respuesta a los retos de nuestro tiempo y dispuestos a anunciar en todas partes el Evangelio.»

BENEDICTO XVI
22.02.2006


9. Lecturas complementarias recomendadas

- SAGRADA BIBLIA: (Ro 1,19-20), (Heb 1,1-2), (Tm 1,4; 6,20), (2Tm 1,12-14), (1Co 13,13)
- CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (CIC): 26-73 y 74-100
- YOUCAT: 1-23



10. Cuestionario para valorar la comprensión del tema


martes, 2 de junio de 2020

3. Lo que creemos (II) [22/11/19]

1. Introducción: «Profesar», concepto

Entre las diferentes definiciones que la RAE ofrece de la voz «profesar» elijo la siguiente por ser la que más relación tiene con el ámbito en el que nos movemos:
1. Aceptar y seguir [una persona] voluntariamente una religión, una doctrina o una creencia.


2. Profesiones de fe (25-26 YOUCAT)

Es evidente que esta definición está relacionada con la fe, por eso el término «profesión de fe» no ha de resultar familiar en la terminología católica. Pero, ¿qué son las profesiones de fe? Son fórmulas sintéticas que a lo largo del tiempo se han condensado en la Iglesia para expresar, aprender, transmitir, celebrar y vivir esa realidad que denominamos fe y que permiten una confesión común de todos los creyentes atendiendo a la importantísima dimensión comunitaria de la Iglesia.
«Quien dice "Yo creo", dice "Yo me adhiero a lo que nosotros creemos". La comunión en la fe necesita un lenguaje común de la fe, normativo para todos y que nos una en la misma confesión de fe.» (CIC,185).


3. Dos fórmulas de profesión de fe (28-29 YOUCAT)

Las profesiones de fe se remontan a Jesucristo que mandó a sus discípulos que bautizaran a las personas exigiéndoles una profesión de fe trinitaria: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. También podemos encontrarlas en las cartas de San Pablo; pero son dos las profesiones de fe que tienen una categoría especial, la una por ser considerada el resumen de la fe de los apóstoles y la otra por proceder de los grandes concilios de la Cristiandad –aún no dividida– (Nicea en el año 325 y Constantinopla, año 361), que hasta el día de hoy constituyen la base común de los cristianos de Oriente y Occidente. Veamos el contenido de ambas...


PROFESIÓN O FÓRMULA DE FE DE LOS APÓSTOLES (CIC, 194)

El Símbolo de los Apóstoles, llamado así porque es considerado con justicia como la síntesis fideligna de la fe de los Apóstoles, es el antiguo símbolo bautismal de la Iglesia de Roma. Su gran autoridad le viene de este hecho: «Es el símbolo que guarda la Iglesia romana, la que fue sede de Pedro, el primero de los apóstoles, y a la cual él llevó la doctrina común» (San Ambrosio, Explanatio Symboli, 7: PL 17, 1158D).


Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra. 
Creo en Jesucristo su único Hijo, Nuestro Señor, 
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, 
nació de Santa María Virgen, 
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, 
fue crucificado, muerto y sepultado, 
descendió a los infiernos, 
al tercer día resucitó de entre los muertos, 
subió a los cielos 
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. 
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. 
Creo en el Espíritu Santo, 
la Santa Iglesia Católica, 
la comunión de los santos, 
el perdón de los pecados, 
la resurrección de la carne 
y la vida eterna. 
Amén. 


PROFESIÓN O FÓRMULA DE FE NICENO-CONSTANTINOPOLITANA (CIC, 195)

El Símbolo llamado Credo Niceno-Constantinopolitano debe su gran autoridad al hecho de ser el fruto de los esfuerzos para consensuar los dogmas de la fe cristiana ante las tesis arrianas y otras herejías en contra de la divinidad trinitaria.


Creo en un solo Dios, 
Padre Todopoderoso, 
Creador del Cielo y de la tierra, 
de todo lo visible y lo invisible. 
Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, 
nacido del Padre 
antes de todos los siglos: 
Dios de Dios, Luz de Luz, 
Dios verdadero de Dios verdadero, 
engendrado, no creado, 
de la misma naturaleza del Padre por quien todo fue hecho; 
que por nosotros, los hombres, 
y por nuestra salvación, bajó del cielo, 
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, 
y se hizo hombre; 
padeció y fue sepultado, 
y resucitó al tercer día, según las Escrituras, 
y subió al cielo 
y está sentado a la derecha del Padre; 
y de nuevo vendrá con gloria 
para juzgar a vivos y muertos, 
y su reino no tendrá fin. 
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, 
que procede del Padre y del Hijo, 
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, 
y que habló por los profetas. 
Creo en la Iglesia que es una, santa, católica y apostólica. 
Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. 
Espero la resurrección de los muertos 
y la vida del mundo futuro. 
Amén. 


4. ¿Por qué creemos en un solo Dios? (30 YOUCAT)

Por las múltiples referencias de la Sagrada Escritura: «Escucha, Israel: el Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo« (Dt 6,4). «Yo soy un Dios justos y salvador, y no hay ninguno más» (Is 45,21)… Pero también por simple lógica, si hubiera dos dioses el uno sería el límite del otro y ninguno sería infinito ni perfecto ni eterno, por lo que ninguno de los dos sería Dios.
La experiencia fundamental de Dios que tiene el pueblo de Israel, y que el cristianismo hace suya es: «Escucha, Israel: el Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo» (Dt 6,4).


5. Revelación, Verdad y Amor (31-34 YOUCAT)

¿Por qué Dios nos revela su nombre a nosotros? 

Para poder invocarle, pues Dios no quiere mantenerse oculto, quiere ser conocido y ser invocado como el verdadero y el que actúa.
El nombre en el pensamiento hebreo es sumamente importante porque representa el carácter, la identidad, el propósito o el destino de la persona. Uno de los ejemplos paradigmáticos de esta realidad podemos observarlo en la Anunciación, cuando el ángel Gabriel da instrucciones muy concretas a María para que llamase Jesús –Dios salva– al Hijo de Dios, porque su carácter, identidad, propósito y destino es salvar a su pueblo de sus pecados.

Qué quiere decir que Dios es la Verdad

«Dios es Luz y en él no hay tiniebla alguna» (1Jn 1,5). Jesús como Hijo de Dios y Dios mismo dijo: «Yo soy el camino y la verdad y la vida» (Jn 14,6).

¿Por qué decimos que Dios es Amor

Dios no sólo explica que es Amor, sino que lo demuestra: «Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3,16). 

¿Qué implicación tiene todo ello en nuestras vidas

El verdadero cristiano ha de poner a Dios en el centro de su vida (en la oración, en la relación con los demás, en la relación consigo mismo asumiendo las virtudes cristianas y en especial la VERDAD y el AMOR.


6. «Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso...»

¿Creemos en un solo Dios o en tres dioses distintos? (35-44 YOUCAT)

Los cristianos no adoramos a tres dioses diferentes, sino a un único ser, que es trino (Padre, Hijo y espíritu Santo) y sin embargo uno. Es el Misterio de la Santísima Trinidad: Un solo Dios, trino. Tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
PADRE: Primera Persona de la Santísima Trinidad, Creador y «Cuidador» nuestro. Jesús nos abrió a la filiación divina al enseñarnos a orar (Padre nuestro…) y en la agonía sobre la cruz (...mujer, he ahí a tu hijo...).
HIJO: Segunda Persona de la Santísima Trinidad, Jesucristo, el Mesías, Redentor de la humanidad, con dos naturalezas, la divina –«Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto» (Jn 14,6-7), y la humana –«Padre,
si quieres, aparta de mí este cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc 22,42).
ESPÍRITU SANTO: Tercera persona de la Santísima Trinidad, de la misma naturaleza del Padre y el Hijo («y que habló por los profetas»), «Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción en el que clamamos: ¡Abbá, Padre!» (Rom 8,15).

¿Dios lo puede todo (Omnipotente y Todopoderoso)? (40, YOUCAT)

«Para Dios nada hay imposible» (Lc 1,37). Dios ha creado el mundo de la nada, es el Señor de la historia, gobierna todas las cosas y todo lo puede. No obstante, es un misterio cómo emplea su omnipotencia: «Porque mis planes no son vuestros planes, mis caminos no son vuestros caminos.» (Is 55,8). Con frecuencia, la omnipotencia de Dios se muestra donde los hombres ya no esperan nada de ella. Y, sin embargo, la impotencia de la Pasión fue el requisito para la Resurrección.


7. «...Creador del cielo y la tierra...» (41-48 YOUCAT)

La ciencia aún no ha explicado la creación del universo empíricamente sino a través de teorías e hipótesis. Por ello, si la Teología no tiene competencia científica y la Ciencia no tiene competencia teológica, ésta no puede excluir de forma dogmática que en la creación se hayan producido procesos cuya aceptación requiera una explicación basada en la fe. Por este motivo y desde Pío X, los 11 primeros capítulos del Génesis no se consideran historicistas y, por lo tanto, el primer libro de la Biblia no es un modelo explicativo del principio del mundo.
Un cristiano puede aceptar la teoría de la evolución sin caer en la herejía del evolucionismo, que ve al hombre como un producto casual de procesos biológicos y en donde Dios no tiene cabida. En el otro extremo nos encontramos con el «creacionismo» que consiste en olvidar las indicaciones dadas por el Vaticano desde Pío X e interpretar el Génesis de manera literal.

Los 6 días de la Creación

A partir de este simbolismo se pueden deducir varios principios:
No hay nada que no haya llamado al ser por el Creador.
Todo lo que existe es bueno según su naturaleza
También lo que se ha transformado en malo tiene un núcleo bueno.
Los seres y cosas creados son interdependientes y se complementan.
La Creación, en su orden y armonía, refleja la extraordinaria bondad y belleza de Dios.
En la Creación hay una jerarquía: el hombre está por encima del animal, el animal por encima de la planta, la planta por encima de la materia inerte.
La Creación está orientada a la gran fiesta final, cuando Cristo venga a busca al mundo y Dios sea todo en todos.

¿Por qué descansó Dios en el séptimo día?

Como signo de consumación, más allá de todo esfuerzo humano. Para la tradición judaica el sábado –Sabbat– es el sétimo día de la semana, en cambio, para los cristianos el domingo es el día en que Jesucristo ha vencido a la muerte y por ello es el día de descanso para dar gloria a Dios cuyo simbolismo trascendente es la de anticipo del descanso celestial.

¿Para qué creó Dios el mundo?

Para alabanza y gloria de Dios, entendiendo la alabanza como una aceptación de la propia existencia con total y permanente agradecimiento al Creador.


8. La Providencia de Dios (49-51 YOUCAT)

En Dios «vivimos, nos movemos y existimos» (Hch 17,28). Dios, en ningún momento, abandona a sus criaturas, aún respetando su libre albedrío. Más bien son sus criaturas las que, haciendo caso omiso de la Palabra de Dios, de sus mandamientos y de los preceptos establecidos como camino de salvación, los que se alejan de su Hacedor. Y a pesar de ello, Él insiste en buscarnos y ayudarnos a volver al sendero de vuelta a casa, al tiempo que nos invita a colaborar en la perfección de su Creación.
Pero, entonces... ¿por qué permite el mal en el mundo?
«Dios permite el mal sólo para hacer surgir de él algo mejor» (Santo Tomás de Aquino). El mal es un misterio oscuro y doloroso. El mismo Jesucristo desde el madero de la crucifixión pregunta a su Padre: «Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mt 27,46).
No obstante, tenemos una certeza, Dios es bueno, por lo tanto nunca puede ser el causante del mal o de algo malo. Dios creó el mundo bueno: «Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno.» (Gn 1,31).
Para San Agustín todo las cosas sido creadas por Dios, y él recibe sus perfecciones y sus bondades, como la de existir. Todos las cosas son bienes, es decir, todas son buenas por el solo hecho de existir. El mal no es una substancia, por sí solo no es nada. El mal es privación o ausencia de bien, es corrupción de lo bueno. El mal propiamente dicho es el mal moral, es decir, el que el hombre realiza por medio de su libre albedrío al alejarse de los bienes superiores, de Dios, por apegarse a los inferiores, alejándose esta manera de su fin, causando un desorden en el universo. El mal no es creación de Dios en ningún sentido, sino que proviene del mal uso que el hombre puede dar al bien del libre albedrío que Dios le dio. (Walter Albrecht Lorenzini: «El problema del mal en San Agustín»).
Por lo tanto, hemos de distinguir dos tipos de mal, el mal físico, por ejemplo, una enfermedad de nacimiento, una catástrofe natural...; y el mal moral, que es el verdadero mal, resultado del mal uso que el hombre hace de su libre albedrío.
En muchas ocasiones hemos oído echar en cara a Dios la existencia del mal: «¿cómo se puede creer en Dios cuando existe tanto mal en el mundo? A este tipo de argumentos se le puede contestar de diferentes formas una de ella sería contestando con otra pregunta: «¿cómo podría un ser humano con corazón y razón soportar la vida en este mundo si no existiera Dios?».


9. «...de todo lo visible e invisible.»

De todo lo visible

Es decir, toda la Creación perceptible por nuestros sentidos, donde el hombre tiene una posición de privilegio con respecto a las demás criaturas, pues Dios lo creó a imagen y semejanza suya, con voluntad, inteligencia y libre albedrío para amar o rechazar el amor. Por ese motivo de relevancia, el hombre ha de mantener una relación de respeto, cuidado y responsabilidad hacia el resto de criaturas.

¿Por qué creó Dios al hombre? 

El motivo de la creación del hombre es su eterna felicidad conociendo, amando y sirviendo a Dios y viviendo agradecido a su Creador. ¿Y cómo conseguirlo en un mundo tan complicado como el nuestro? Jesucristo, es decir, Dios hecho carne –Segunda Persona de la Santísima Trinidad– nos mostró con su ejemplo un modelo a seguir, no sólo mostrando la esencia de Dios sino el verdadero ideal del hombre.

¿Por qué creó Dios al hombre varón y mujer? 

Dios ha hecho al hombre de modo que sea varón o mujer y anhele la plenitud y la totalidad en el encuentro con el otro sexo. Dios, como prototipo de comunión, los creó varón y mujer para que conjuntamente sean imagen de la esencia de Dios.

¿Qué pasa con las personas con tendencias homosexuales? 

La Iglesia cree que el hombre y la mujer están hechos para complementarse en una relación recíproca, para que puedan dar la vida a los hijos. La Iglesia, por ello, no puede aprobar las prácticas homosexuales. No obstante, todo cristiano debe respeto y amor a todas las personas independientemente de orientación sexual.

¿Estaba en el Plan de Dios que los hombres sufrieran y murieran? 

No, la idea original para el hombre fue el Paraíso y la vida eterna. Fue el pecado el origen del sufrimiento y la muerte, inducido por el diablo mediante la tentación.

¿Qué es el pecado? 

El rechazo a Dios y la negativa a aceptar su amor mediante el desprecio a sus mandamientos.

¿Qué es el pecado original? 

Para explicarlo he recurrido a una cita del Papa Benedicto XVI que considero muy gráfica y didáctica: «Todos llevamos dentro una gota del veneno de ese modo de pensar reflejado en el Génesis. Esa gota de veneno la llamamos “pecado original”. […] El hombre no se fía de Dios. Tentado por las palabras de la serpiente, abriga la sospecha de que Dios […] es un competidor que limita nuestra libertad y que sólo seremos plenamente seres humanos cuando lo dejemos de lado. […] Al hacer esto se fía de la mentira más que de la verdad, y así se hunde con su vida en el vacío, en la muerte. (Benedicto XVI, 8.12.2005).

De lo invisible

¿Qué cosas son las creadas por Dios que son invisibles?: el alma, el cielo, el infierno, los ángeles, los demonios...

El alma

La razón nos dice que tiene que existir un principio espiritual que, unido al cuerpo, no sea, sin embargo, idéntico a éste; a ese principio lo llamamos alma, aunque su existencia no se puede probar empíricamente. La doctrina católica dice que el alma es el principio vital espiritual del hombre, lo más íntimo de su ser, la causa de que el cuerpo material sea un cuerpo humano vivo. Dios nos da un alma que no muere, aún después de perder el cuerpo en la muerte, para volver a encontrarlo en la resurrección. El alma no puede ser el producto de un desarrollo evolutivo, ni el resultado de la unión genética del padre y de la madre, viene directamente de Dios.

El cielo

El «medio» de Dios, la morada de los ángeles y los santos y la meta de la Creación. Aunque tampoco se puede demostrar su existencia de manera empírica, podemos tener fe de ella (su existencia) por las muchas referencias que Jesucristo, mediante el uso de parábolas, hizo del Reino de Dios. (Ver Mateo 13).

El infierno

Para la fe cristiana es el «estado» de separación eterna de Dios. Jesús, que conoce el infierno, en varios pasajes del Evangelio hace referencia a él diciendo: «…a los hijos del reino los echarán fuera, a las tinieblas» (Mt 8,12); «Lo mismo sucederá al final de los tiempos: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes» (Mt 13,49-50); «y si lo llama “necio”, merece la condena de la gehenna del fuego» (Mt 5,22). «…temed al que, después de la muerte, tiene poder para arrojar a la gehenna» (Lc 12,5)…

Los ángeles

Son criaturas de Dios puramente espirituales con inteligencia y voluntad: «Lo mismo sucederá al final de los tiempos: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos» (Mt 13,49). Hay un tipo especial de ángeles que nos afectan directamente a cada uno de nosotros, se trata de los ángeles custodios: «No se acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos. Te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra...» (Sal 91,11-12).
Diablos o demonios. Los ángeles separados de Dios (por rebelión y a iniciativa propia) son llamados en la Sagrada Escritura diablos o demonios. «En efecto, Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en las tenebrosas cavernas del infierno, los entregó reservándolos para el juicio» (2 Pd 2,4).


10. Reflexión YOUCAT


LEE EL SIGUIENTE TEXTO Y MEDITA SOBRE ÉL PARA, POSTERIORMENTE COMPARTIR TUS REFELXIONES.
Muchos científicos (y no científicos) piensan que Dios no hace falta para la creación del mundo puesto que todo es un proceso casual, sin sentido y sin finalidad. En 1985, el Papa Juan Pablo II contestó a este argumento de la siguiente manera: «Hablar del azar delante de un universo en el que existe tal complejidad en la organización de sus elementos y una intencionalidad tan maravillosa en su vida, sería igual a abandonar la búsqueda de una explicación del mundo como él se nos muestra. De hecho, sería equivalente a aceptar efectos sin causa. Supondría la abdicación de la razón humana, que renunciaría de este modo a pensar y a buscar una solución a los problemas».


11. Lecturas complementarias recomendadas

- SAGRADA BIBLIA: (1Tm 2,4), (1Tim 6,20), (2Tim 1,12-14)
- CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (CIC): 74-100
- YOUCAT: 24-70



12. Cuestionario para valorar la comprensión del tema