sábado, 28 de marzo de 2020

8. Lo que creemos (VII) [20/1/20]

CREO EN EL ESPÍRITU SANTO

1. ¿Qué es la Santísima Trinidad? 
La Santísima Trinidad es la forma de describir a Dios Uno y Trino.
Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres Personas distintas y Un solo Dios verdadero. Dios como Familia de Amor
La Santísima Trinidad es un Misterio cuya comprensión sobrepasa los límites de la razón.
Cuenta San Agustín que un día paseaba por la playa mientras iba reflexionando sobre el misterio de la Santísima Trinidad. Trataba de comprender, con su mente analítica, cómo era posible que tres Personas diferentes (Padre, Hijo y Espíritu Santo) pudieran constituir un único Dios. Estando en esas cavilaciones encontró a un niño que había excavado un pequeño hoyo en la arena y trataba de llenarlo con agua del mar. El niño corría hacia el mar y recogía un poquito de agua en una concha marina. Después regresaba corriendo a verter el líquido en el hueco, repitiendo esto una y otra vez. Aquello llamó la atención del santo, quien lleno de curiosidad le preguntó al niño sobre lo que hacía:
—Intento meter toda el agua del océano en este hoyo— le respondió el niño.
—Pero eso es imposible —replicó el teólogo—, ¿cómo piensas meter toda el agua del océano que es tan inmenso en un hoyo tan pequeñito?
—Al igual que tú, que pretendes comprender con tu mente finita el misterio de Dios que es infinito…
Y en ese instante el niño desapareció. 

2. El Espíritu Santo 
El Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, también llamado Paráclito y Espíritu de Verdad. 
Según San Agustín El Espíritu Santo es el «Huésped silencioso de nuestra alma». Quien quiera percibirlo tiene que hacer el silencio interior. Con frecuencia este huésped habla «bajito» dentro de nosotros. 

3. ¿Qué significa creer en el Espíritu Santo? 
Creer en el Espíritu Santo significa: 
– Adorarle como Dios igual que al Padre y al Hijo.
– Creer que viene a nuestro corazón para conocer al Padre como hijos suyos.
– Comprender que movidos por el Espíritu Santo podemos cambiar la faz de la tierra. 

4. ¿Por qué tenemos que creer en el Espíritu Santo? 
Porque creemos en Jesucristo y Él dijo a sus discípulos: «Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré. Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros» (Jn 15,14-18).
Cuando después se derramó el Espíritu Santo sobre ellos –Pentecostés– entendieron lo que Jesús les había prometido pues el miedo se trocó en valor, y el Espíritu se manifestaba a través de ellos despertando admiración entre los que les escuchaban pues eran palabras de sabiduría que llegaban directamente al corazón. La Iglesia primitiva, experimentó esta realidad en forma de seguridad profunda y alegría de la fe. Las conversiones eran multitudinarias, se podían contar por miles cada día, no les importaba que les arrestaran, azotaran, encarcelaran…, todo estaba meridianamente claro en su interior (ver cap. 2, Hechos de los Apóstoles).

5. ¿Qué papel tuvo el Espíritu Santo en la vida de Jesús? 
Es imposible entender la vida de Jesús sin la participación del Espíritu Santo. 
Los Evangelios lo mencionan en:
– Su milagrosa Concepción: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios» (Lc 1,35).
– Su Bautismo en el Jordán: «Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él» (Mt 3,16).
– La transfiguración del Monte Tabor, donde podemos hablar de experiencia trinitaria, el Padre a través de la voz, el Hijo como hombre y el Espíritu Santo como la Nube –uno de los símbolos como se le suele representar–: «Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: “Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo”» (Mc 9,7).
– El momento de su muerte: «Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: “Está cumplido”. E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu» (Jn 19,30).

6. El Espíritu Santo en el Antiguo Testamento 
En el Antiguo Testamento podemos encontrar al Espíritu Santo encarnando varios roles, si se me permite la expresión: 
EL ESPÍRITU SANTO CREA: «La tierra estaba informe y vacía; la tiniebla cubría la superficie del abismo, mientras el espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas» (Gén 1,2). También en la creación del hombre: «Entonces el Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en ser vivo» (Gén 2,7).
EL ESPÍRITU SANTO ENSEÑA: «Pero en verdad hay un espíritu en el hombre, la inspiración del Todopoderoso otorga inteligencia» (Job 32,8). «Les diste tu espíritu bueno para instruirlos» (Neh 9,20). «Enséñame a cumplir tu ley, ya que tú eres mi Dios. | Tu espíritu, que es bueno, | me guíe por tierra llana» (Sal 143,10).
EL ESPÍRITU SANTO FORTALECE: Las obras de Sansón fueron hechas cuando, por ejemplo, «Le invadió, entonces, el espíritu del Señor, y despedazó al león como se despedaza un cabrito, sin nada en la mano» (Jue 14,6).
EL ESPÍRITU SANTO SE MANIFIESTA: «Samuel cogió el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. Y el espíritu del Señor vino sobre David desde aquel día en adelante» (1S 16,13).
EL ESPÍRITU SANTO HABLA POR LOS PROFETAS: En la Antigua Alianza Dios colmó a hombres y mujeres con el Espíritu Santo, de modo que (Libros Proféticos): Alzaran su voz a favor de Dios, hablaran en su nombre y prepararan al pueblo para la llegada del Mesías.

7. ¿Qué sucedió en Pentecostés? 
El significado del término «pentecostés» tiene relación con la celebración de una fiesta hebrea en la que Israel celebraba la Alianza con Dios en el Sinaí. 
Pero el acontecimiento de Pentecostés en Jerusalén se convirtió para los cristianos en la fiesta del Espíritu Santo.
Cincuenta días después de su Resurrección envió Jesús desde el cielo el Espíritu Santo sobre sus discípulos. El advenimiento del Espíritu Santo hizo de los temerosos apóstoles testigos valerosos de Cristo. Fue cuando se produjo el prodigio de las lenguas de fuego. Era el nacimiento de la Iglesia de Cristo, con miles de bautismos en poquísimo tiempo.
Este acontecimiento vino a demostrar que la Iglesia es para todos, universal, es decir, católica, y que es misionera, pues el mandato de Jesús fue: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación» (Mc 16,15). 

8. ¿Qué hace el Espíritu Santo en mi vida? 
Desde Pentecostés, y por mediación del Bautismo, estamos repletos de Espíritu. 
La presencia del Espíritu Santo dentro de mí:
– Me abre a Dios.
– Me enseña a orar.
– Me ayuda a estar disponible para los demás.
– Me convierte en Templo del Espíritu Santo, es decir, estar en cuerpo y alma a disposición de este «huésped especial».
– Significa que Dios está en mí, que a más apertura mía al Espíritu Santo, más será Él mi Guía y Maestro en esta vida.
De este modo, las «obras de la carne» dan paso a los «FRUTOS DEL ESPÍRITU».

9. Reflexión YOUCAT 
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena» (Jn 16, 12-13).

10. Lecturas complementarias 
– SANTA BIBLIA: Sal 2,6-7; Ga 4,6; Mt 1,23; Mt 16, 24-26; Rm 8,26 
– COMPENDIO DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA: 136-146
– YOUCAT: 113-165


11. Cuestionario para valorar la comprensión del tema


miércoles, 4 de marzo de 2020

9. ¿Cómo celebramos nuestra fe? (I) [22/1/20]

SACRAMENTOS Y LITURGIA

1. Introducción
La celebración de nuestra fe se realiza a través de los sacramentos y éstos, a su vez, necesitan de la liturgia para su manifestación y eficacia. Es decir, celebramos nuestra fe mediante el culto divino.

2. ¿Qué son los Sacramentos? 
Signos sensibles y eficaces de la gracia instituidos por Jesucristo y confiados a la Iglesia, a través de los cuales se nos otorga la vida divina. 


3. ¿Cuáles son los sacramentos? 
  1. Sacramentos de iniciación: 
    • Bautismo: Es el camino que lleva desde el reino de la muerte a la Vida; la puerta de entrada a la Iglesia y el comienzo de una comunión permanente con Dios. 
    • Confirmación: Completa al sacramento del Bautismo, y en el que recibimos el don del Espíritu Santo. Miembro pleno y responsable de la Iglesia católica. 
    • Eucaristía: Sacramento en el que Jesús entrega por nosotros su Cuerpo y su Sangre para que también nosotros nos entreguemos y unamos a Él con amor en la Sagrada Comunión. 
  2. Sacramentos de curación
    • Penitencia: Es el sacramento de la reconciliación, del perdón, de la conversión y de la confesión. 
    • Unción de enfermos: Dios quiere que recuperemos la salud del alma y del cuerpo, y que a causa de ello creamos y reconozcamos el reino de Dios que viene. 
  3. Sacramentos de servicio
    • Orden: Sacramento por el que se recibe un don del Espíritu Santo que le confiere un poder sagrado y que le es otorgado por Cristo mediante el obispo. 
    • Matrimonio: Promesa hecha ante Dios y la Iglesia, que es aceptada y sellada por Dios, entre un hombre y una mujer para vivir en el amor, ser fecundos y así convertirse en signo del mismo Dios.

4. Eficacia de los sacramentos 
  • Los sacramentos son eficaces ex opere operato («por el hecho mismo de que la acción sacramental se realiza»). 
  • Es Cristo quien actúa en ellos, quien da la gracia que significan. 
  • Son eficaces independientemente de la santidad personal del ministro que los administre. 
  • Sin embargo, los frutos de los sacramentos dependen también de la disposición del que los recibe. 

5. ¿Qué es la liturgia? 
Del griego leiturgia = acción pública, función, servicio al pueblo y para el pueblo. 
En la tradición cristiana, significa que el Pueblo de Dios participa en la obra de Dios. 
Es la celebración del Misterio Pascual de Cristo. 
Es la acción sagrada por excelencia, es la cumbre hacia la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de la que emana su fuerza vital. 
A través de la Liturgia, Cristo continúa con su Iglesia, con ella y por medio de ella, la obra de nuestra redención. 
Es el culto oficial de la Iglesia 


6. Signos litúrgicos 
Los hombres no sólo somos seres espirituales, sino también corporales. Por ello necesitamos signos y símbolos sensibles para atisbar las realidades espirituales. 
Dios hecho hombre nos da signos humanos: el agua del Bautismo, el pan y el vino de la Eucaristía, la unción con el Espíritu Santo. 
Nuestras respuesta a estos signos instituidos por Jesucristo consiste en mostrar REVERENCIA: doblar la rodilla, ponerse en pie para escuchar la palabra de Dios, inclinarse ante el nombre de María, juntar las manos… 


7. Tiempo litúrgico 
En la liturgia el tiempo se vuelve muy denso, porque cada segundo está lleno de sentido. Eso requiere de una total implicación y participación de cada persona en el tiempo de la celebración litúrgica, intentando exprimir al máximo el significado y el sentido de cada palabra, de cada gesto, de cada signo. 
Por ello es conveniente asistir con tiempo suficiente a la celebración litúrgica para poder pedir auxilio al ángel custodio, a la Virgen Santísima, a Nuestro Señor Jesucristo, al Espíritu Santo… que nos permita estar totalmente entregados al culto divino, para vivir con total intensidad cada momento del mismo. 

¿Qué es el año litúrgico? La superposición del año natural con los misterios de la vida de Cristo. Consta de dos ciclos y el resto del año: 

  • CICLO DE NAVIDAD
    • Adviento: Tiempo de la espera del Señor que culmina con la Navidad (4 semanas).
    • Navidad: Nacimiento del Niño Dios (desde el 25 de diciembre).
    • Epifanía: Adoración de los magos. Manifestación y revelación de Dios como luz de los pueblos (6 de enero)
  • CICLO PASCUAL DE CUARESMA: 
    • Semana Santa: Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. 
    • Tiempo Pascual: Ascensión del Señor, Pentecostés. 
  • TIEMPO ORDINARIO:
    • Resto del año (enero-febrero y junio-noviembre) 

8. Reflexión YOUCAT 
«Los símbolos son el lenguaje de un invisible expresado en lo visible»
Gertrud von Le Fort 
Escritora alemana 
(1876-1971) 



9. Lecturas recomendadas 

– SANTA BIBLIA: Lc 6,19; Lc 15,20; Jn 10,10; Rom 8,21; 2Pe 1,3-4; Mc 8,23; 1Co 11,29; 1Pe 4,10; Mc 10,44-45. 
– COMPENDIO DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA: 218-250
– YOUCAT: 166-192