miércoles, 3 de junio de 2020

2. Lo que creemos (I) [7/11/19]

1. El amor como principio generador (1-2, YOUCAT)

En la noche del 26 de septiembre de 2015 el Papa Francisco improvisó un extenso discurso en el Festival de las Familias, en Filadelfia (Estados Unidos), donde contó una anécdota que le sucedió años atrás y que lo puso en un verdadero aprieto:
«Una vez un chico me preguntó –ustedes saben que los chicos preguntan cosas difíciles–: "Padre, ¿qué hacía Dios antes de crear el mundo?"», recordó el Papa ante las sonrisas de los miles de asistentes. «Les aseguro que me costó contestar, y le dije lo que les digo ahora a ustedes: "antes de crear el mundo Dios amaba, porque Dios es Amor. Pero era tal el amor que tenía en sí mismo, ese amor entre el Padre y el Hijo en el Espíritu Santo, era tan grande, tan desbordante que –esto no sé si es muy teológico pero lo van a entender–, era tan grande que no podía ser egoísta, tenía que salir de sí mismo para tener a quién amar fuera de sí, y ahí Dios creó al mundo. Ahí Dios hizo esta maravilla en la que vivimos y que, como estamos un poquito mareados, la estamos destruyendo”».
Efectivamente, Dios creó al hombre –varón y mujer– por amor, un amor desinteresado, un amor libre; y esto lo entenderemos mejor cuando, por ejemplo, ante una alegría inesperada, no perdemos un instante en ir a compartirlo con nuestros seres queridos, con las personas a quien amamos. Pues de esa manera, Dios quiso compartir con nosotros su alegría infinita.


2. ¿Por qué buscamos a Dios? (3, YOUCAT)

«Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descansa en ti» (Confesiones i,1,1).
¿Qué implicaciones tiene esta sentencia de San Agustín? El santo obispo de Hipona y Padre de la Iglesia nos invita a dilucidar que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios y por esa misma razón tenemos un deseo y una inquietud interior de buscar a nuestro Hacedor, a nuestro Creador, lo que nos convierte –además de seres racionales– en «seres religiosos», en busca de nuestro origen trascendente..., en busca de Dios.
Sin embargo, en la sociedad secularizada y relativista en la que vivimos, nos encontramos con grandes impedimentos que sutilmente nos alejan de esta búsqueda como las costumbres, modas, fama, dinero, poder, sexo, drogas o ideologías de la gente sin fe, sin moral y sin Dios, organizando la vida como si Él no existiera, dando importancia solamente a los apetitos de nuestro cuerpo. Este panorama –aparentemente atractivo y tentador–, tarde o temprano muestra su traicionera cara oculta, una cara muy desagradable, que lleva a la insatisfacción, a la vaciedad, a la angustia, en definitiva, a la soledad existencial.


3. El hombre busca: Dios existe (4-6, YOUCAT)

Decía esa extraordinaria mujer filósofa, conversa judía y santa carmelita –Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz)–: «Quien busca la verdad busca a Dios, sea o no consciente de ello».
Si atendemos a las palabras de nuestro Señor Jesucristo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6), entenderemos el pensamiento de Santa Teresa Benedicta por cuanto que, contestando a la petición de Felipe «Señor, muéstranos al Padre y eso basta» (Jn 14,8), Jesús responde al apóstol: «Quien me ha visto a mi ha visto al Padre» (Jn 14,9). Pero Dios no es sólo Verdad, sino también –y como hemos visto anteriormente– Amor, y también Belleza, Bien, Vida... Todo ser humano tiende de manera natural hacia estas Realidades mediante la conciencia que nos impulsa a hacer el bien y nos alerta del mal, a disfrutar de la belleza de la creación, de la vida, de las personas...
No obstante, a pesar de todas las gracias con que Dios nos agasaja, en la que incluimos la razón, nos dan una visión limitada, un conocimiento imperfecto para encontrar a ese Dios «invisible». Esto quiere decir que, por más que nos esforcemos en querer conocer más a Dios y llegar a una mayor conciencia de su naturaleza divina con nuestras facultades humanas, nunca lo conseguiremos sin la ayuda del propio Dios.


4. Dios nos sale al encuentro: Historia de la Revelación Divina (4-6, YOUCAT)

Ante la impotencia del ser humano para conocer a Dios, Dios mismo se revela a Sí Mismo por amor a sus criaturas dando lugar a lo que se ha dado en denominar la Historia de la Revelación Divina. Iniciada ya con la creación de nuestros primeros padres y su experiencia de la intimidad divina, y seguida del pacto con Noé, la alianza de Dios con el hombre se revela de modo explícito con Abraham y después, de manera particular, con Moisés, al cual Dios entrega las Tablas de la Alianza.
Pero, además, los profetas, cuya función era recordar la alianza y sus exigencias morales, hablan especialmente de Él, del Mesías prometido. Ellos anunciaban la proximidad de una nueva alianza, espiritual y eterna, escrita en los corazones.
Será con la encarnación del Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, en la plenitud de los tiempos, como quedará completada la Revelación Divina mediante el anuncio de Reino de Dios: «Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio» (Mc 1,15)


5. El hombre responde: Responder a Dios es creer en Él (142-149 CDC)

En muchas ocasiones pensamos que Dios nos ha olvidado, o que no responde a nuestras oraciones, o cosas parecidas, sin embargo, el problema no está en Dios, sino en nosotros, porque Dios no deja de insistir en encontrarnos, Él siempre está pendiente de nosotros, hablándonos al corazón.
Por ello, si nuestro corazón está cerrado a Dios, es imposible que podamos sentir su presencia. Es cierto que en determinados momentos de nuestras vidas como experiencias conmovedoras, inconcebibles «casualidades», situaciones de dolor o de alegría..., experimentamos Su presencia de manera fugaz porque esos acontecimientos hacen abrir nuestros corazones, son como mensajes escondidos de Dios para cada uno de nosotros. Pero esas situaciones eventuales, hemos de convertirlas en permanentes, cada vez con mayor frecuencia y eso no es posible sin la fe.


6. Pero ¿qué es la fe? (21-24 YOUCAT) 

La fe es SABER y CONFIAR. Tiene siete rasgos característicos:
La fe es un puro don de Dios, que recibimos, si lo pedimos ardientemente.
La fe es la fuerza sobrenatural que nos es necesaria para obtener la salvación.
La fe exige la voluntad libre y el entendimiento lúcido del hombre cuando acepta la invitación divina.
La fe es absolutamente cierta, porque tiene la garantía de Jesús.
La fe es incompleta mientras no sea efectiva en el amor. «...si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada.» (1Cor 13,2)
La fe aumenta si escuchamos con más atención la voz de Dios y mediante la oración estamos en un intercambio vivo con él.
La fe nos permite ya ahora, gustar por adelantado la alegría del cielo.


7. ¿Dónde se encuentra la verdadera fe?

La fe la encontramos en tres pilares que sostienen el edificio de la Doctrina Católica:

Sagrada Escritura

La Santa Biblia es una colección de escritos sagrados surgida en un periodo de más de mil años, y que es el documento originario de nuestra fe. La Biblia contiene dos partes: Antiguo y Nuevo Testamento. 
El AT está compuesto por 21 Libros Históricos, 7 Libros Sapienciales y 18 Libros Proféticos.
El NT consta de 4 Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, 20 Epístolas y el Libro del Apocalipsis. Todos estos textos junto a la Tradición de la Iglesia constituyen el «Depositum Fidei» (Depósito de la Fe).

Tradición

La tradición de la Iglesia o Tradición Apostólica son las enseñanzas de Dios que han sido transmitidas en forma oral o por escrito desde el tiempo de Jesucristo y sus Apóstoles hasta la actualidad por los Sumos Pontífices y los Santos de la Iglesia pero que no están en la Santa Biblia. «Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni el mundo entero podría contener los libros que habría que escribir» (Jn 21,25)

Magisterio

Es el oficio de la Iglesia Católica de EXPONER la fe, INTERPRETARLA (Depositum Fidei) bajo el auxilio del Espíritu Santo, y PROTEGERLA de las falsificaciones (herejías).


8. Reflexión YOUCAT

LEE EL SIGUIENTE TEXTO Y MEDITA SOBRE ÉL PARA, POSTERIORMENTE COMPARTIR TUS REFLEXIONES.
«Es necesario y urgente que surja una nueva generación de apóstoles, arraigados en la palabra de Cristo, capacitados para dar una respuesta a los retos de nuestro tiempo y dispuestos a anunciar en todas partes el Evangelio.»

BENEDICTO XVI
22.02.2006


9. Lecturas complementarias recomendadas

- SAGRADA BIBLIA: (Ro 1,19-20), (Heb 1,1-2), (Tm 1,4; 6,20), (2Tm 1,12-14), (1Co 13,13)
- CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (CIC): 26-73 y 74-100
- YOUCAT: 1-23



10. Cuestionario para valorar la comprensión del tema


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